Sentir el cuerpo en yoga
Sentir el cuerpo en yoga y en general parece mucho más fácil de lo que resulta ser verdad. En la mayoría de las ocasiones el cuerpo sólo lo sentimos cuando duele. Y en la práctica de yoga debidamente realizada es fundamental conectar con las sensaciones externas del cuerpo y también las internas y acSeteptar lo que esas sensaciones nos trasmiten. De lo contrario, como ocurre con frecuencia solamente estarás realizando ejercicios físicos que no calificaré, pero no es una práctica de yoga. ¿Es la práctica de asanas igual para todos los físicos? ¡Por supuesto que no! Por eso el practicante debe desarrollar su auto conciencia para realizar una práctica que aunque hecha en grupo se ajuste a su momento físico y anímico. ¿Esto creeréis que es lo habitual? Resulta que lo más habitual es justamente lo contrario. Dentro de una clase grupal de yoga lo más frecuente es que el nivel de práctica sea heterogéneo. Las posibilidades físicas de los participantes y las edades pueden ser muy diferentes y aún así nos convencemos de que tenemos que hacer todos la misma práctica. Resulta que si en un grupo tienes compañeras/os que practican todos los días y tú no lo haces, desde luego no podrás mantener la postura con la misma facilidad que ellas/os. Si el estado físico de tus compañeras es mejor que el tuyo, desde luego tendrás que aprender a realizar la práctica con las variaciones necesarias que te permitan no forzar y no perjudicarte. Lo mismo sucede si tu estado físico y posibilidades son mejores, podrás llegar a un trabajo más profundo que ellas. Espero que si has leído hasta aquí lo escrito te parezca lo más razonable y lógico. ¡Pues no! La mente nos juega malas pasadas y nos engaña, llevándonos a creer que podemos hacerlo todo en la clase, da igual el nivel de práctica. Nos creemos que aunque no practiquemos con la misma frecuencia que las otras compañeras tenemos la misma capacidad de práctica y auto conciencia. También creemos que el estado físico y la edad no influyen en nuestra práctica y en lugar de aceptar lo que hay y realizar una práctica armoniosa con las posibilidades presentes, nos auto-engañamos queriendo hacer una práctica poco adecuada. Si la profesora propone variaciones para que en función de las posibilidades cada uno realice aquello que le beneficia, casi con total probabilidad todos harán la versión más demandante de la asana, puedan o no, les beneficie o les perjudique. Así que a través de estas letras me gustaría llamar a la reflexión a todos los practicantes de yoga para que de forma amable presten atención durante la práctica y escuchen a su cuerpo. El cuerpo no tiene expectativas, ellas habitan en nuestra mente. El cuerpo no tiene sobre exigencias ni metas, solo están en nuestra mente. El cuerpo no practica la competencia, solo lo hace nuestra mente. Por eso, me gustaría compartir una frase que te ayude a recordar estos aspectos durante tu práctica. “Menos esfuerzo, más consciencia” Menos esfuerzo, más conciencia corporal y más atención mental a la lucha que puedes establecer en la práctica. Si tu respiración no fluye, si tu cuerpo en lugar de estar activo está tenso, recuerda “Menos es más” Si no disfrutas de la práctica con una actitud amable y respetuosa hacia tu cuerpo, revisa tu forma de practicar. Escucha a tu cuerpo y también escucha las recomendaciones de tu profesora. Seguro que te darán una orientación bastante certera de dónde debes reducir la intensidad de tu práctica. Espero y deseo que este artículo sea de ayuda para la reflexión y observación de tu práctica de yoga. Namasté. ¿Quieres practicar yoga con nosotros? ¿Buscas un espacio donde aprender y practicar yoga con profesoras con una formación de calidad y amplia experiencia en distintos estilos de yoga? ¡Seguro que te interesa venir a practicar yoga en nuestro centro! [siteorigin_widget class=”Jetpack_Subscriptions_Widget”]