Armoniza tu cuerpo y tu mente en la práctica de yoga
En la práctica de yoga es habitual pasar por distintas etapas a nivel físico y también a nivel mental así que si estás leyendo éste artículo y no tienes mucha práctica, te puede ayudar a comprender el proceso natural que con frecuencia transitamos los practicantes de yoga. Al finalizar la clase es posible que tengas la sensación de haber estado realizando un grandísimo esfuerzo físico (aunque la percepción no sea del todo objetiva) Primero estamos tan pendientes de todos los detalles físicos, que acabamos cansados y respirando poco y con mayor esfuerzo de lo necesario. Después, es posible que si continúas practicando te des cuenta del avance que va teniendo tu práctica a nivel corporal, ya puedes flexionar algo más que antes; ya puedes estar un poco más de tiempo en el asana etc. Aún no es fácil concentrarte y conectar tu mente a las sensaciones corporales de tu práctica. Una buena medida para conocer que estás haciendo un esfuerzo mayor a nivel muscular o mental de lo necesario, es que si observas tu respiración y no está fluyendo, es que debes rebajar tu esfuerzo para que la práctica adquiera un nivel más próximo a lo natural. Sigues en la práctica y si tienes de forma natural capacidad de flexibilidad, empieza una fase de esfuerzo por llegar. Quieres llegar a tocar los pies, llegar a rotar la columna como un sacacorchos, llegar a flexionar las rodillas y tocar con los glúteos los talones en balasana si antes no llegabas, y así hasta el infinito. Posteriormente si continúas con la práctica, va creciendo tu ego, ese que te dice que eres muy buen practicante, porque tu cuerpo te permite llegar a asanas complejas y “avanzadas”. Asanas avanzadas que requieren mayor esfuerzo y entrenamiento muscular para realizarlas, asanas complejas en ejecución y en técnica, pero también en fortaleza física y en capacidad de concentración. Entonces ese ego, continúa creciendo a medida que lo vas consiguiendo, y te sigue empujando para llegar más allá, y si tu cuerpo es flexible y tienes capacidad física (no tienes lesiones articulares), entonces empiezas a ir a más. En ese ir a más, es bastante probable que surjan algunas lesiones, por sobre-esfuerzo, lesiones de rodillas, de hombros, de isquiotibiales, etc. Y ésta es la recomendación que creo que te puedo dar a ti que estás leyendo, al igual que lo hago con mis alumnas y alumnos. Armoniza tu mente y tu cuerpo en la práctica de yoga. Observa, cuando estés practicando torsiones, o flexiones o extensiones si estás haciendo un esfuerzo importante y peléandote con el asana. Observa si tu respiración es forzada, si no estás difsfrutando de esa asana, es el momento de retroceder un poco y permitirte la armonía de tu mente y tu cuerpo en la quietud o en el movimiento. Tengo algunos alumnos con muy buena práctica, que además de venir al centro realizan su práctica a diario en su casa y se nota su evolución en cada clase, pero aún así algunos no se han dado cuenta, es que ahí, en ese nivel justamente la práctica avanzada significa no pelearse con el cuerpo, significa fluir con la respiración, como si tu cuerpo acariciara el aire en cada movimiento o disfutara de la respiración que fluye con suavidad en la quietud. Cuando la expresión de tu práctica se asejeme a una danza que fluye sin esfuerzo, tanto en el movimiento como en quietud con armonía, entonces y solo entonces encontrarás de verdad esa conexión expansiva del yoga fluyendo en tu práctica. Cuando fluyes en tu cuerpo y tu respiración aunque no que realices asanas de esta complejidad y estarás practicando yoga. Espero y deseo de corazón que puedas conectar con esta sensación y que cuides tu cuerpo y tu mente para evitar que se rompan y te lesiones. Namasté.