Sabes cada día me llama la atención, seguramente porque estoy ahora más atenta que hace algún tiempo, de las coincidencias que me proporciona la vida.

A lo largo de los últimos tiempos estoy dando clases de informática a personas adultas que están en paro, pero hoy también empecé con un grupo un tanto especial.

Este grupo es de personas adultas que tienen algún tipo de discapacidad, por lo que me habían dicho antes de empezar las clases, es un grupo muy heterogéneo, es decir, que algunos tienen conocimientos de informática y otros no, pero además como ya dije todos tienen algún tipo de discapacidad aunque sea leve.

Estas discapacidades son tanto físicas como mentales, aunque los discapacitados mentales tienen un grado muy leve.

Y te preguntarás a que viene esto. Pues viene a que al presentarme como su profesora una de las alumnos me espetó.

¡Yo no se nada!

A lo que le pregunté:

¿Tienes ganas de aprender?

Y ella me contestó: ¡Sí, pero era muy torpe!

Bueno, en resumen di la clase enfocándola como si fuese la primera vez que viesen en su vida un ordenador, explicando las cosas de manera sencilla, y con cada explicación les propuse que pusieran en práctica lo que había explicado hasta ese momento.

La clase fue muy bien, y a las 2.30 horas, cuando terminó, una de las que me había dicho que no sabía nada, cuando me despedí hasta mañana me dijo: ! Me gustó mucho tu clase, al menos la de hoy, mañana no sé¡

Este comentario suyo me pareció fantástico, porque en ninguna otra clase de personas que no tienen discapacidad, me había pasado ésto, y sé con certeza a que es debido.

Las personas que no tenemos discapacidad, tenemos un montón de prejuicios, y éstos son los que nos impiden mostrarnos tal como somos.

Casi siempre aplicamos los filtros culturales, y sociales que tenemos, como que pensarán los demás si digo esto o aquello, como voy a quedar ante los demás?

Y esto viene muy al hilo de lo que el otro día comentaba yo en una clase de “Gestión de estrés” que estuve impartiendo y era lo siguiente:

Hace algún tiempo leí un libro estupendo que se llama “Quién se ha llevado mi queso”, y en una de sus páginas había una pregunta que marcó un antes y un después en mi visión de la vida.

“¿Si no tuvieras miedo que harías?”…………

Pero esto mejor lo dejo para el otro post.

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