Hace varios días que estaba pensando como poder expresar lo que las asanas representa. Ya que es un viaje maravilloso hacia el interior y no solo un trabajo físico.
Hace algunos días, cuando estaba dando clase a un grupo de alumnos que llevan poco tiempo de práctica, quería transmitirles algunas correcciones, ya que algunos tenían vicios posturales que yo consideraba debían intentar corregir, y de pronto surgió una idea para que lo comprendieran.
Y les dije, pensemos que nuestro cuerpo es un bloque de madera, que debemos ir tallando para conseguir que sea una escultura que transforme todo nuestro potencial y nos ayude a expresarnos, nuestra mente es el escultor y la asana es el cincel que nos permite ir modelando este bloque en algo maravilloso.
Cuando un escultor comienza a tallar, va quitando al principio grandes trozos, para comenzar a dar una forma burda, pero poco a poco, cuando la escultura comienza a tomar forma, se van quitando trozos cada vez más pequeños, la talla cada vez va siendo más sutil, y ese es el trabajo que debemos realizar ahora, una vez que lo más grueso ha sido desechado, nuestra consciencia debe ir observando, de manera más minuciosa el cuerpo en la asana, y cada vez iremos descubriendo más detalles, y siendo conscientes de más sensaciones de nuestro cuerpo.
Después de casi 15 años de práctica personal sigo descubriendo sensaciones nuevas y distintas, que por otra parte es lo más lógico, ya que cuando trabajamos con el cuerpo y la observación cada día es diferente y un nuevo descubrimiento si le prestamos atención, y da igual que sea una asana básica o una variante más avanzada.
Eso es la asana para mi, un viaje maravilloso, que a pesar de repetirlo innumerables veces, cada vez te permite ir descubriendo un paisaje nuevo, una nueva visión del mismo camino, para lo cual tu mente se va desarrollando y permitiendo un viaje más hermoso hacia tu interior a través del movimiento o la quietud de tu cuerpo.