El yoga como laboratorio de la vida

El yoga como laboratorio de la vida   El yoga como laboratorio de la vida es un descubrimiento que me gusta compartir con los alumnos o con aquellos que quieren acercarse los beneficios del yoga.   No hay enseñanza hasta que el alumno llega al mismo estado o principio en el que está usted, momento en el cual tiene lugar una transfusión en la que él se convierte en usted y usted se convierte en él: entonces es cuando tiene lugar una enseñanza y no hay mala compañia ni casualidad hostil que pueda impedir ese hecho. Ralph Waldo Emerson. Cuando practicas yoga, con frecuencia, no eres consciente de cómo es tu práctica, más alla de la técnica de la asana o de la técnica de meditación. En realidad creo que pocas veces en la práctica de yoga nos paramos para observarnos. A través de la experiencia me he dado cuenta, primero en mi práctica personal y después en la observación de la práctica de mis alumnos, de algunas características que quiero compartir contigo para la reflexión. El yoga es el laboratorio donde entrenas la actitud que después se traslada a tu vida diaria. Ahora te invito a una reflexión, y podrás estar de acuerdo conmigo o en desacuerdo, eso no es muy importante. Lo que realmente importa es que esto que estás leyendo te ayude a profundizar en tu observación, y esta observación te ayudará a descubrir tus propias conclusiones sobre la práctica de yoga y la calidad de presencia. Sabes, he descubierto, que la actitud con la que nos movemos en la vida diaria, es la misma actitud que adoptamos en la esterilla. Es decir, si en mi vida diaria soy combativa, competitiva, enérgica, pues esa es la misma actitud con la que realizo la práctica. Si mi actitud es pasiva, cuando practico las asanas, es notable que la postura de los brazos, de la espalda, de las manos, es también pasiva. Si por el contrario me peleo con mi cuerpo con rudeza, esforzándome desde el dominio y la tensión durante la práctica, es más que probable que en la vida cotidiana también lo haga. Por estas observaciones como digo, realizada durante años, he llegado a la conclusión de que si quieres que tu actitud en la vida cambie, debes prestar atención a tu práctica. ¿Qué actitud estás adoptando en tu esterilla, en tu cojín de meditación, en tu postura de equilibrio o de fuerza?   Si realizas la correspondiente observación, podrás ver que la evolución y cambio pueden ser asombrosos. Cada uno debe explorar sus propias actitudes para evolucionar en cualquier aspecto de la misma. Si desarrollas la amabilidad ante las asanas que aún no puedes practicar con comodidad, esa misma actitud será la que de forma natural salga cuando te encuentes con dificultades en la vida cotidiana. Si quieres conseguir paciencia, debes aprender a fluir con tu respiración.     Persigues realizar posturas avanzadas cuando aún no tienes ni el tiempo de práctica ni la capacidad física, estableces una pelea con la práctica y la actitud es de enfado, frustración u otra semejante. Resulta que esa actitud no es más que el reflejo de cómo te enfrentas en tu vida cotidiana a las tareas o circunstancias que se presentan. (Un desencuentro, una tarea nueva, una dificultad con un cliente, una pelea con tus jefes o con tu familia etc. ) En realidad el único cambio que es posible proviene desde el interior de ti misma/o   Para que se produzca cualquier cambio es necesario que se den varias circunstancias:   Ahí es justamente donde todas las actitudes entrenadas en tu esterilla serán tus mejores aliadas.   ¡Entrena la actitud que quieras conseguir en tu vida, en tu esterilla!   Como comenté al inicio de esta reflexión, esta es mi experiencia y me apetecía mucho compartirla contigo que lees este blog.   Si quieres compartir tu opinión deja tu comentario, me encantará leerlo. Si te gusta la propuesta de reflexión puedes compartirla y ayudar a otras personas también a generar una reflexión, el cambio lo realizamos entre tod@s. Namasté.  

Read more

Lo que te gustaría oir del yoga

Lo que te gustaría oir del yoga Seguro que te gustaría escuchar que el yoga te va a calmar desde la primera clase Te gustaría escuchar que vas a ir a clases 1 vez por semana y que es suficiente. Muchas veces te gustaría que sólo fuese llegar y que ya controlarás tu cuerpo y tu mente. Que ya sabes respirar y que por lo tanto no necesitas hacer una pequeña práctica diaria para ayudarte a recuperar una respiración amplia. Que con verlo una vez ya sabes cómo se hace. Seguro que sí que te gustaría escuchar estas frases. Pero es seguro también que no siempre lo que nos gustaría escuchar es lo que debe ser, y esta es una de esas ocasiones. La práctica de yoga debe hacerse con regularidad, como mínimo 2 veces por semana. Además pasará tiempo, no siempre el mismo para todos, hasta que aprendes a escuchar y a dirigir tu cuerpo. Tanto en las asanas, como en la respiración, o la relajación,  hasta que la práctica haga efecto deberás continuar  con constancia y humildad. Y entonces cuando te despreocupes de alcanzar esos ansiados resultados, te darás cuenta que no importa cuando lleguen, que lo importante es lo que estás descubriendo en cada práctica de tu cuerpo y tu mente. Descubrirás que cada clase es una experiencia nueva, distinta y maravillosa. Y si tu cuerpo tiene esa característica, no tendrás agujetas, en caso contrario, tendrás agujetas hasta en las costillas, pero también descubrirás que hasta llegas a apreciarlas. Espero que llegues a disfrutar tanto de la práctica como lo hago yo. Cada día que practico, mi cuerpo reconoce que está disfrutando con la práctica y mi mente está atenta, desprendiéndose de todo lo demás.

Read more

La importancia de lo que tengo

¿La importancia de lo que tengo es menor que la de lo que me falta? Es una reflexión que os planteo y me planteo con frecuencia para recuperar la medida de las cosas en la vida. Esta actitud es entrenable y es preciso tener consciencia en nuestra vida de dónde colocamos el foco de nuestra atención. Ya sea en la práctica de yoga como en la vida misma. ¿Cuánto valor le doy a lo que tengo y lo que puedo hacer? En función de cuál sea la respuesta estaré más o menos abocado a la dicha o la frustración. Hoy se lo comentaba a los alumnos en la clase de yoga. Cuando llegamos a una cierta edad es probable que las posibilidades físicas se vean mermadas o cuando estamos viviendo un momento donde nuestro cuerpo nos está pidiendo a gritos que seamos suaves porque no está en su mejor momento o no tiene el entrenamiento suficiente, y no es menos verdad que si focalizo mi atención en lo que ya no tengo o en lo que no me sale, mi mente dejará de apreciar lo que tengo y puedo hacer enviando un mensaje de bloqueo al cuerpo,  aunque el porcentaje de lo que sí puedo hacer sea muy superior. En el mundo empresarial se utiliza un principio que se llama «Ley de Pareto» o  ley del 80/20 y la explico brevemente para que se pueda entender con facilidad. Esta regla  dice lo siguiente: Si el  20% de nuestros clientes nos aportan el 80% de nuestros ingresos, es imprescindible conocer cuál es ese 20% para dedicar en ellos el 80% de trabajo. Porque de nada sirve dedicar nuestros esfuerzos al 80% de clientes que sólo nos aportan el 20% de ingresos. ¡¡¡Es pura lógica verdad!!! Pues sí lo es, aunque pocas veces somos capaces de analizar este parámetro  a nivel empresarial y por ello muchas veces trabajamos mucho y obtenemos poco retorno a ese esfuerzo. Pues lo mismo hacemos en  nuestra vida  aprovechando este concepto. ¿Si lo que puedes hacer es el 80%, para qué empeñarte en lamentos por el 20% que no puedes? Casi siempre valoramos las posibilidades cuando ya dejamos de tenerlas, y gastamos en los lamentos una energía tremenda que nos lleva en la mayoría de los casos a la frustración, a la pelea y al mal humor. Así que recuerda: Utiliza en tu vida la regla del 80/20 para focalizar en lo que tienes y disfrutar de ello. [siteorigin_widget class=»Jetpack_Subscriptions_Widget»]

Read more