Experiencias y anécdotas

¿Qué necesitas?

¿Qué necesitas? Cuentos para pensar En estas fechas “especialmente” les propongo a mis alumnos una reflexión y lo hago con éste cuento para pensar. Se trata de que hagas aquello que realmente necesitas y no lo que la dinámica de la publicidad te indica, así que con total libertad también lo comparto con los lectores de esta web. ¿Qué necesitas? Un maestro se desplazó, junto a un grupo de monjes, a una gran ciudad para participar en unas jornadas sobre la meditación y el desapego de lo material. Habló sobre lo fácil que es vivir con poco, sin lujos, sin las necesidades impuestas por el consumismo desmedido. Contó que él apenas tenía muebles o ropas y era muy feliz. Tras acabar las jornadas, el maestro y sus alumnos se fueron al aeropuerto para coger el avión de regreso. Como tenían dos horas libres decidieron entrar en un centro comercial, pues la mayoría de ellos nunca había estado en ninguno. Pasearon por los pasillos observando todos los productos que les rodeaban, y cuando ya había transcurrido más de una hora decidieron que era momento de irse, pero no encontraban al maestro por ningún lado. Finalmente lo descubrieron yendo por los pasillos, tocando la mayoría de objetos, examinándolos, interesándose por ellos… incluso llegó a preguntar a algún vendedor por el precio o utilidad de los mismos. Asombrados por aquel comportamiento, ninguno se atrevió a decir nada y, lentamente, se dirigieron a la salida para esperarlo allí. Cuando ya apenas faltaban unos minutos para embarcar observaron que el maestro salía tranquilamente del centro comercial y se dirigía hacia ellos. -Bien, hermanos, se ha hecho un poco tarde, creo que ya es hora de marchar hacia casa -les dijo. Todos se quedaron en silencio. En realidad ninguno de los alumnos se atrevía a decir nada, pero no entendían que justamente él hubiera caído en la redes del consumismo. Finalmente, uno de ellos, el más joven, se atrevió a hablar. –Maestro, ¿puedo hacerle una pregunta? -Claro, adelante. -¿Cómo es que usted, que cultiva la austeridad, ha estado tanto tiempo observando todo lo que había allí dentro.? -¡Es que me he quedado maravillado de todas las cosas que existen y no necesito.! Te propongo reflexionar sobre esta fábula y cómo podrías aprovechar su enseñanza en tu día a día. Me gustaría conocer tus opiniones a través de los comentarios. Si te ha gustado compártelo.

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El mantra Om

  OM es nada-Brahman, “el sonido de lo Absoluto”. Según las leyes de la fonética sánscrita la vocal “o” se considera resultante de la unión de los sonidos “a + u”. De allí que la tradición india base su análisis en la consideración cuatripartita del OM con los siguientes cuatro elementos: a  –  u – m – el silencio siguiente Como aparece en el Mundaka-Upanishad (compuesto entre el 400 y 200 ac): “La sílaba OM es el arco, atman (alma) es la flecha, Brahman es el blanco. Hay que alcanzarlo sin distraerse, hay que unirse a él como la flecha al blanco”. Aquí es donde terminan las palabras y sólo cabe la experiencia del sonido.   El Mandukya Upanishad lo asocia con los cuatro estados de la conciencia: “Despertar, dormir, soñar y turiya” (que es el ser trascendental más allá de la mente consciente). En todas las clases de Hatha yoga se empiezan con la repetición 3 veces del mantra OM y 3 veces la repetición de SHANTI, palabra sánscrita que significa paz. Y cuando se consigue la sintonía entre el profesor y los alumnos cantando al unísono, genera una energía poderosa, de armonía que hace que te sientas muy a gusto. Es como si una sola voz poderosa te transmitiese la energía y el bienestar, piensa en ello cada vez que lo cantes.

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Asanas o relajación

Asanas o relajación El martes pasado di la clase de comienzo de temporada y ha sido como siempre un grato reencuentro con los alumnos que ya venían la temporada pasada y el encuentro con otros que empezaban por primera vez. Las ideas preconcebidas que algunos que no han practicado yoga tienen, es que se hace poco o nada, o que una clase de yoga consiste en permanecer sentados meditando. Durante la clase hicimos pocas cosas, porque los alumnos que no tienen la costumbre de practicar ningún ejercicio, cuando hacen unas pocas asanas ya están cansados, y aquellos que ya habían practicado también lo estaban porque durante el verano habían descansado de la práctica. Además también se enfrentan a un lenguaje nuevo, el de la profesora, y a otro lenguaje que también es nuevo para la mayoría que es el de las sensaciones de su cuerpo. Escuchar el lenguaje de las sensaciones corporales es como cuando viajas y llegas a un lugar en el que no habías estado nunca antes y además hablan en un idioma que tu desconoces. Todo es nuevo, diferente y además aún en la mayoría de los casos no sabes muy bien a que prestarle atención,  es demasiada información nueva en poco tiempo, por lo que hay que darle tiempo a nuestra mente para que aprenda este nuevo lenguaje y sus significados. Pero sí es curioso y  frecuente, que para muchos no solo es nuevo la práctica de asanas, sino que es la primera vez que asisten a la práctica de una relajación guiada. Y en el mejor de los casos,  en el que los alumnos consiguen relajarse, o al menos tener una sensación de descanso muy agradable, al finalizar la clase suelen decir: “Me quedaría aquí en el suelo a dormir”  “Lo mejor de la clase fue la relajación” o “Con la relajación ya me conformaba” Entonces una alumna me preguntó, ¿Por qué no dedicamos más tiempo de relajación en lugar de las asanas? Y como digo esta observación es bastante  frecuente así que les explico lo siguiente:  Cuando el cuerpo está tenso, no basta con una sesión de relajación, porque sería mucho más difícil que pudieras conseguir el efecto agradable de descanso si  todos tus músculos están fríos y contraídos. Para que la primera relajación pueda tener algún resultado, es mucho más efectivo que antes movilices las articulaciones, y la musculatura en general, porque de este modo cuando notes que ha habido un trabajo muscular tanto tu cuerpo como tu menta estará más abierta y predispuesta al descanso y así la relajación será mucho más efectiva. Es lo más agradable que puede sucederle a una profesora de yoga, que después de finalizar la clase los alumnos se sientan a gusto y relajados. Si quieres recibir las novedades en tu mail suscríbete al blog por correo electrónico Introduce tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibir notificaciones de nuevas entradas. Dirección de correo electrónico

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Yoga y meditación en la naturaleza

Yoga y meditación en la naturaleza El verano es uno de esos momentos en los que más en contacto estamos con la naturaleza y esta circunstancia de por sí ya nos permite estar más relajados. Aunque ésta es una sensación que casi todos tenemos en esta época del año, es bueno que aproveches estos espacios naturales para conectar con tu silencio interior y recargarte de energía. Las asanas de yoga practicadas en la naturaleza para mi son un motivo de alegría añadida. Es cuando siento una mayor sensación de fluidez, bienestar y armonía con el entorno. Así que como el yoga forma parte de mi vida cotidiana no podía ser que no lo practicara en aquellos lugares de la naturaleza que me inspiran. Hoy hablé de ésta oportunidad de practicar yoga y meditación en una entrevista de EsRadio que comparto para que la escuchéis si os apetece. Comparto con vosotros algunas de las asanas en lugares que a mi me transmitieron más energía en cada momento.

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Curiosidades de la vida

Sabes cada día me llama la atención, seguramente porque estoy ahora más atenta que hace algún tiempo, de las coincidencias que me proporciona la vida. A lo largo de los últimos tiempos estoy dando clases de informática a personas adultas que están en paro, pero hoy también empecé con un grupo un tanto especial. Este grupo es de personas adultas que tienen algún tipo de discapacidad, por lo que me habían dicho antes de empezar las clases, es un grupo muy heterogéneo, es decir, que algunos tienen conocimientos de informática y otros no, pero además como ya dije todos tienen algún tipo de discapacidad aunque sea leve. Estas discapacidades son tanto físicas como mentales, aunque los discapacitados mentales tienen un grado muy leve. Y te preguntarás a que viene esto. Pues viene a que al presentarme como su profesora una de las alumnos me espetó. ¡Yo no se nada! A lo que le pregunté: ¿Tienes ganas de aprender? Y ella me contestó: ¡Sí, pero era muy torpe! Bueno, en resumen di la clase enfocándola como si fuese la primera vez que viesen en su vida un ordenador, explicando las cosas de manera sencilla, y con cada explicación les propuse que pusieran en práctica lo que había explicado hasta ese momento. La clase fue muy bien, y a las 2.30 horas, cuando terminó, una de las que me había dicho que no sabía nada, cuando me despedí hasta mañana me dijo: ! Me gustó mucho tu clase, al menos la de hoy, mañana no sé¡ Este comentario suyo me pareció fantástico, porque en ninguna otra clase de personas que no tienen discapacidad, me había pasado ésto, y sé con certeza a que es debido. Las personas que no tenemos discapacidad, tenemos un montón de prejuicios, y éstos son los que nos impiden mostrarnos tal como somos. Casi siempre aplicamos los filtros culturales, y sociales que tenemos, como que pensarán los demás si digo esto o aquello, como voy a quedar ante los demás? Y esto viene muy al hilo de lo que el otro día comentaba yo en una clase de “Gestión de estrés” que estuve impartiendo y era lo siguiente: Hace algún tiempo leí un libro estupendo que se llama “Quién se ha llevado mi queso”, y en una de sus páginas había una pregunta que marcó un antes y un después en mi visión de la vida. “¿Si no tuvieras miedo que harías?”………… Pero esto mejor lo dejo para el otro post.

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12 años de yoga con la misma ilusión

Hace ahora 12 años recibí con las manos abiertas el título de Instructora de Yoga, ya llovió y como las redes sociales se encargan de recordarte cualquier fecha me he dado cuenta de cuánto tiempo ha pasado y he pensado en hacer un breve resumen y reflexión sobre el tiempo y mi vocación con el yoga. Este es un diálogo interno que llevo al papel solo para que quede constancia por si en algún momento me olvido de porqué hago lo que hago. De niña durante algunos años había practicado gimnasia artística, voleibol, baloncesto y cualquier actividad física que se me proponía, era una niña de poca envergadura física pero con un carácter inquieto e imparable. Pero todo ello cambió cuando llegó la adolescencia, porque no tenía la oportunidad de seguir practicando ningún deporte debido a las circunstancias de cambio de residencia y condiciones del devenir de la vida. Cuando llegué a la práctica de yoga estaba tan alejada de mi cuerpo y de mi mente que todo estaba contracturado y fuera de lugar. Pero al poco tiempo de práctica, mi cuerpo tuvo la sensación de estar en casa nuevamente, recordaba el movimiento corporal, el trabajo y la flexibilidad y todas las sensaciones asociadas a ello. A los 2 años de mantener una práctica regular quise ir a más,  los avances y la transformación que notaba en mi misma podrían ayudar también a otras personas a recuperar su lugar y su conección con el cuerpo y la mente y entonces decidí estudiar para hacerme profesora y poder transmitir mi pasión a los demás. Como digo hace ya 12 años de aquella decisión y ahora visto desde la perspectiva que da el tiempo a todas las cosas siento una gran satisfacción por el camino recorrido. Un camino de aprendizaje constante, de curiosidad, de sinsabores también por qué no decirlo, de amigos y otros que no merecen mención. El crecimiento interior que la práctica de yoga durante todo este tiempo me ha permitido, me hace sentirme en el lugar adecuado y en el momento adecuado de mi vida a cada momento, y ésto no significa que el aprendizaje llegara a su fin, muy por el contrario cuando más practico y enseño más descubro, más aprendo y más necesidad de aprender sigue naciendo a cada momento. El yoga es tan amplio y tan rico que seguro no tendré tiempo de aprender todo lo que me gustaría y me sigue fascinando. Ahora siento una enorme sensación de gratitud por todo el camino recorrido, y por la conexión interna con el devenir y el fluir a cada momento de la práctica de yoga. Ahora todo está en armonía. Así que me viene a la mente una recomendación si es que estos años de experiencia me lo permiten a aquellos que inician sus carrera. “Ama lo que haces y sobre todo ama  y respeta a aquellos a los cuales enseñas, porque ellos serán tus mejores maestros si eres capaz de tener la suficiente humildad para seguir aprendiendo en cada clase, con cada pregunta que te hacen y en cada día. Diviértete, disfruta y sigue aprendiendo” “Gracias a todos los alumn@s que he tenido y que tengo porque aunque ellos aprendan cada día conmigo, yo aprendo cada día con ellos” “Gracias a todos los maestr@s que me han traído hasta aquí”, espero seguir contando con ellos y que ellos sigan contando conmigo al menos otros 12 años más.

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La edad no te impide practicar yoga

Es frecuente que muchas personas crean que por su edad no pueden practicar yoga, así que me he decidido a publicar algunas fotografías de personas de edad practicando yoga, algunas de ellas con asanas avanzadas para que veáis y comprendáis que no es cuestión de edad, sino de estado físico y mental. Otro mito importante que circula por falta de conocimiento, es que para practicar yoga hay que ser flexibles, y como muchos mitos es FALSO. Seguramente muchas de las asanas que veréis no las pueden realizar personas jóvenes y tampoco se debe a su edad sino a factores como: poco tiempo de práctica, falta de frecuencia o simplemente porque su fisonomía o morfología corporal no se lo permite. Pero la edad no es un impedimento para la práctica de yoga. El impedimento es la no práctica. Solo a modo de recordatorio la palabra “Yoga” proviene del sáncrito “Yug” que se traduce como “yugo” pero el  significado que se le ha dado por consenso en nuestro idioma es  “Unión:  unión cuerpo y mente”, por lo tanto cada practicante independientemente de su edad debe practicar acorde a sus posibilidades no forzando su cuerpo sino respetándolo.   Pero sé que vale más 1 imagen que 1000 palabras así que aquí os dejo algunos practicantes con su edad para que lo disfrutéis y si pensabais que la edad es el impedimento seguro que a partir de ahora se os romperá ese tópico. Las asanas que puedes ver están realizadas por personas mayores todas ellas de 50 años, pero lo importante de esta práctica es que lo hacen respetando sus posibilidades y desde luego como podrás apreciar en algunas de ellas son personas con mucho tiempo de práctica. No es necesario para obtener los beneficios del yoga realizar asanas avanzadas que estéticamente son realmente sorprendente, no. Los beneficios del yoga se obtienen con una práctica adecuada a la persona y a su momento físico y emocional. El cuerpo es nuestro gran maestro y guía, solo debemos aprender a escucharlo. Yo tengo alumnas de 30 años y tengo algunas de 80 años que llevan más de 20 años practicando y en todo momento tanto unas como otras pueden hacer una práctica beneficiosa, solo es cuestión de tiempo y actitud. Dicho ésto, si quieres empezar a practicar yoga te invito a visitarnos con la mente abierta y la sana intención de disfrutar de la clase. Puedes ver los horarios de clase aquí.

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¿Qué buscas?

Hoy buscando en mis notas me he encontrado con este artículo que escribí hace 7 años y que ahora releyendo cobra aún más sentido si cabe por la tan manida búsqueda de la felicidad que muchas personas hacen  en el exterior, en la obtención de bienes o de reconocimientos que nunca llenan el vacío interior. Así que me gustaría compartirlo con todos los que leéis este blog Esta noche tuve un sueño y cuando me desperté pensé si realmente había sido un sueño o la visión de una charla con mi subconsciente sobre la búsqueda interior, pero en cualquier caso fue inspirador. Este diálogo fue con un interlocutor desconocido, no tenía rostro ni sexo, pero estaba muy conectado a mi ya que la conversación fluía como si fuésemos viejos conocidos y contertulios, que entendía perfectamente la temática y también el sentido de mis palabras, ese sentido que trasciende al texto y se encuentra en el interior de la idea expresada. En esta conversación estábamos ambos exponiendo lo que pensamos sobre la búsqueda interior o espiritual que todo ser humano tiene aunque no sea consciente de ella. Yo le comentaba que muchas personas que conozco llevan una búsqueda espiritual, pero otras sólo buscan algo sin saber muy bien que, pero sienten que debe haber algo que les trasciende o es superior a ellos mismos. Cuando yo empecé a practicar yoga, no sentía que buscaba nada, es más mi intención era bastante pragmática, y solo buscaba bienestar físico y solución a mis dolores de cuello. Pero ahora al cabo de los años llegué a descubrir con claridad que lo que busco está dentro de mi misma, y que además este descubrimiento tuvo lugar a partir de la práctica de Yoga y de las sensaciones de mi cuerpo. Ahora mi mente es mucho más perceptiva de todo lo que me sucede ya no solo a nivel físico sino también a nivel emocional, porque como dijo alguna vez Punset “Al principio y al final siempre está la emoción”. Yo le explicaba a mi contertulio que a través de las sensaciones de mi cuerpo podía descubrir mis emociones subconscientes, ya que toda emoción tiene su efecto en nuestro organismo. Y también le comentaba que no buscaba nada fuera de mi misma, sino que ahora mi búsqueda era interior porque siento que de él proviene toda la sabiduría, mi mente y mi ser están llenos de una sabiduría que constantemente se expresa pero que aún no sé interpretar al completo. Este nuevo aprendizaje me produce una gran serenidad, ya que no depende de nadie ajeno a mí, y solo es una cuestión de tiempo y atención plena para conseguir llegar a ese completo conocimiento. Cuando me desperté me sentía muy aliviada, serena, y segura, es como si ese diálogo me hubiese descubierto que ya no busco nada, por lo tanto no hay inquietud, no hay decepciones posibles solo hay camino por andar y si en algún momento busqué algo aunque fuera de manera inconsciente, ahora ya lo encontré. ¿Y tú buscas tu serenidad interior? Me encantará que dejes tus comentarios. Creo que nada mejor para terminar este artículo que esta frase del filósofo Rumi

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Para qué practicar Yoga

¿Para qué practicar Yoga?  Seguro que habrás escuchado infinidad de veces esta pregunta y dependerá de lo que tú necesites en cada momento así que lo mejor que puedo hacer es explicarte por qué empecé yo a practicar yoga. Esta fue mi historia: A principios del año 2000 (Ya llovió y bastante) yo trabajaba 10 horas diarias con unos niveles de estrés tremendos que en su momento no supe calibrar. Así que mi cuerpo lo hizo por mi impidiendo que moviese el cuello y el brazo derecho de la cantidad de contracturas crónicas que había desarrollado y éstas me llevaron a estar 3 meses de baja médica con rehabilitación de fisioterapia. Cuando finalicé la rehabilitación el médico que me atendía me dijo muy en serio lo siguiente: “Ya estás buscando una actividad que te permita movilizar tu espalda y reducir el estrés porque de no ser así en un par de años no moverás el cuello para nada” Esto encendió la voz de alarma en mi cabeza, así que empecé a preguntar y me dijeron que el yoga me vendría bien. En aquel entonces mi concepto del yoga era bastante rocambolesco por desconocimiento así que le pregunté a uno de mis clientes de confianza que en alguna ocasión me había dicho que practicaba yoga donde lo hacía para ir a un lugar donde me enseñaran adecuadamente. Cuando empecé a practicar yoga tenía 36 años, mi respiración era de supervivencia, mi musculatura estaba atrofiada y mi movilidad tan reducida que parecía que tenía 20 años más de los que en realidad cumplía por mi nacimiento. Ahora siempre le cuento a mis alumnos que aprender a movilizar el diafragma para respirar abdominalmente me llevó 3 meses de práctica diaria y se quedan sorprendidos. Desde aquel entonces y poco a poco con cada día de práctica iba aprendiendo a conectarme con el cuerpo, con la respiración y con las sensaciones de relajación. Cada vez me sentía más y más cómoda. Cada clase era una nueva oportunidad de seguir conociéndome a nivel físico y mental y a pesar de que en muchas ocasiones cuando salía de trabajar lo que menos me apetecía era ir a clases; por muy cabreada que estuviese, cuando salía la sensación a nivel mental era que los problemas se habían esfumado, solo estaba mi cuerpo cansado pero relajado al igual que mi mente. Desde entonces descubrí y sigo descubriendo cada día porqué practico yoga y por qué lo enseño. ¿Y tú, por qué practicas o quieres practicar yoga? Te lo has preguntado. Te invito a participar en una de mis clases de yoga gratis y después decides si te apetece continuar. ¿Te apuntas? Centro Social de Coia – C/ Cangas nº 1B- 36209 – Vigo. Para participar en una clase gratis por favor rellena el siguiente formulario y concretamos horario y día.

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